José Quispe_Capítulo 5: Traición.
Capítulo 5: Traición.
“Quiero escapar, pensó Hitler”.
-¿Què?-dijò Edgar.
-Perdòn sólo murmuraba.
La plaza de armas era alta, era de sillar. Blanca, y en el centro cuatro áreas verdes con un círculo en el centro de piedra. En el medio el Turutu..
-Hay una heladerìa buena a la vuelta–dijo Sugfiu.
-Claro dijo Alof. Edgar quedó indignado, él siempre era quien comandaba la situación.
Al llegar a la herladerìa, Edgar vio que la edificación era alta, quedando al frente de la iglesia “Mi comunión”. Había un callejón, y en él había dos señores fornicando. Quedó impactado.
-Hiler por acá– dijo Edgar tratando de que él no lo vea.
–Ese helado està buenìsimo-dijo Sugfiu.
-SÍ–dijo Adolf paladeando su cuchara de vainilla.
–mmm, dijo Edgar–tratando de llamar la atención de su madre.
–¡Què estarà tramando–pensò Hitler.
-¡Què estaràs tramando –pensò Edgar.¿Por qué me abrazo?
-Cuando estaba en Alemania, el helado era màs frìo.
“ Mas frìo, de seguro te congelabas el cerebro.
-Interesante–pudo soltar Edgar.
-Si–dijo Sugfiu paladeando su helado de vainilla.
Todos habían pedido helado de vainilla.
Luego entrò un señor ambulante con un poncho marron y un sombreo negro,
-Señores y señoras, papitos y mamitas, yo estoy en desgracia, pero les voy a tocar una canción.
“Ay papito mìo ay mamita, que rico està…
-Hilter lo miraba al inicio todo indignado, pero luego soltó una risotada y se puso a aplaudir al ritmo de la música. Parecìa que lo disfrutaba.,
La estancia era oscura, pero se veía alumbrada por la música del señor ambulante, cuando alguien desde afuera gritó.
-¡Ladrón! Era una voz aguda y chillona.
Hitler salió inmediatamente del lugar.
–¡Alto!. El ladòn parò es seco,se dio la vuelta, y soltó una risotada.
-¿Què?. ¿Tù loco me pides que pare?.
-¿Yo, loco? Yo soy Adolf Hitler.
Mucha gente paró a verlo.
-¡¿Qué?! ¿Ven lo que dice este loco? Yo al menos soy un ladrón no un loco.
Hitler se abalanzó y le metió un codazo en la sien.
-Au!- gritò el ladrón, la gente aplaudió, y Hiler se sentìa abochornado, a no le gustaba que lo vieran como un justiciero callejero. Él le hablaba a masas, era un líder. Era, se dio cuenta.. cuando el ladrón le respondía haciéndolo trastabillar hacia atrás, más se recompuso. Y controló al rival, lo tenía de la llave inglesa. Escupió abajo y luego lo soltó, la multitud rompió en aplausos y clamó “ Hitler “ Hitler “ Titleist.
“Qué está pasando, que tienen en la cabeza", pensó Edgar.
Veía que Hitler veía alagado, y empezaba a hablar en Alemán.
Luego,se fue volteando una escuadra rugiendo palabras germanas, haciendo que la gente lo siga.
-Hey, Hitler dijo Edgar.
Hitler volteo, lo miró y luego siguió su camino.
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