José Quispe_ Capítulo 7: En la tele.

La casa de Edgar, se veía oscura, era de dos pisos y blanca,con ventanas grandes polarizadas en el segundo piso.” ¿Qué es ese efecto de oscurecer el vidrio, aparecer con la intención de ocultar lo que está dentro, pero manteniendo la oportunidad de ver lo de afuera¿ Que querrán ocultar?, pensó Hitler. La idea le parecía absurda. Ellos, una familia común escondiendo algo. Aunque..

La calle está a oscuras. Luego tocó la puerta y nadie le respondió “Que raro, recién van a ser las diez. “¿Señora, qué hora tiene?, le dijo una anciana con el rostro cobrizo que pasaba por la calle con un sao verde ” .Ya casi la diez, señor, le dijo está con una sonrisa. . “Buenos, si las diez. Pero..”Se abrió la puerta salió el rostro malhumorado y trigueño de Sugiru” ¿Qué quiere usted”. “Quiero hablar con Edgar. No señor, le dimos nuestro amistad, y no escupió en la cara”.

-”¿Disculpe, eso no fue lo que pasó?”.

¿Qué hice?

-Es una forma de decirlo.

Hitler sabía perfectamente a qué se refería, sólo hizo la pregunta para pagar un poco  la enfurecida señora.  “ Está bien dijo dando su mejor sonrisa. Admito que me comporte mal, al irme sin despedirme. ¿Pero acaso no es sólo una falta ¿Y acaso los amigos no se perdonan esas faltas para mantener la amistad”. La labios contorsionados de la mujer latina alta, y gruesa, se discontotorsionaron un poco.

-Bueno sí y que.

Entonces apareció Edgar.

-Que pase, hablemos dentro. Por aquí ya van a pasar ladrones–dijo el que aprecia.

Se sentaron en los muebles con fundas amarillas de la sala. La abuela estaba sentada a lado de la lámpara leyendo “ Movie dicho”. El capitán Alib, tiene un arpón muy grande dijo sonriéndole  aHitle” No es así señor “Claro, dijo él, no teniendo ni la menor idea de lo que se refería la señora”. Edgar sólo un risita. Y la tensión se esfumó.

-Si, somos amigos Adolf. Y las faltas se pueden perdonar. ¿Es eso loo que decáia fuera¿No?.

-¡Que quisquillosos son estos latinos!, pensó Hitler.

-Sí, dijo al final.

-Pero esta falta no deben ser tan frecuentes.

-Si.

-Bien–dijo Sugfiu.


La cama dónde durmió era suave, y te agarraba justo antes de hundirse por completo. Las paredes eran amrillo oscuro y a su izquierda había una enorme ventana dando al jardín. “ Qué buena vida pensó Hitler al despertar. “ ¡Adolf, ven acá!.” ¿Que ha pasado,se preguntó Hitler”, Fue con las pantuflas azules que le prestó de Edga y que le daban comezon.Se sorprendió con lo que vio en el televisor . en letras rojas en titular su nombre y el fondo de la pantalla del televisor. Era él “ Cómo los viejos tiempos, pensó”.


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