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Mostrando entradas de mayo, 2024

José Quispe_Eran.

  Eran  Felipe, Ernesto y Lucia, . Lucia tenía el pelo negro y lacio, y lo terminaría tenieendo ensangrentado. Entraban a la Guinda club, esperaron y era de noche. Una suave brisa de aire frío revolvía el pelo de los chicos. “No sabes cuánto temo morir”, dijo Ernesto” ‘¿Qué te pasá le dijo Lucia” “ Es que te amo “ “ Estas loco” Sus suaves labios rojo se contorsionaron en una mueca de burla. “ Por favor avancen, dijo un chico con casaca roja y negra que hacía de guardía… Era muy difícil notar algún cambio. Me entraron todo eran luces moradas y negras. Hubo silencio.Los organizadores habían llegado tard y varios chicos estaba sentado en asientos de cuero a mano derecha en una elevación. “ Es una porquería, dijo Lucía””¿Qué tienes, dijo Felipe””Está bien”” ¿Que está bien, dijo Lucía”” Si, dijo Ernesto”” Tú Callate.Ernesto. Se cayó, El pelo de Lucía caíasuelto en su espalda. Apareció Ruth y le dio un beos en la mejilla a Lucía “ Hola, Ruth”. Hola Lucíana. Ruth se inclinó y le propinó  un b

José Quispe_Alguien.

 Una maña me desperté temprano Una mañana fui al colegio. Y recordé que gobernaba alguien.

José Quispe_Letreros apagados.

  Letreros apagados en la Rue-Saint Jean. Se olía  el olor a pescado podrido. Y se escuchaba a la verdulera gritando sus ofertas. Pierre estaba asustado por la revolución. La revolución en popa, decían unos borrachos en la esquina de piedra . La Revolución en popa decía su madre. Estaban calurosos los tres calurosos El y sus amigos. Olían a Podredumbre Lorenzo. Emilio Enrique. Estaban en París Con las moscas del verano Con los tinteros que orina el perro y desprecia el villano. Allí Emilio, allí furia del cielo Dice el, Lorenzo. Señalando que cielo. Viva la libertad, viva la revolución, escucha. Se hace de tarde de rato en rato de vino barato y un plato de gachas podridas. Hay hambruna "Tu cintura de arena sin sosiego "dijo poeta  en cantina a su amante, que no tiene fuerzas para darle amor Es Robespierre, grita  Enriquez eufórico. -Es Robespierre, gritan los tres. Robespierre, parado sobre la Bastilla. -Liberte hermano. Mata al guardia, abriendo una casca

J. Daniel Nicolini_La caída de occidente.

 En la ciudad de mármol, bajo el cielo azul eterno, Constantinopla brillaba, con su esplendor de invierno. Cúpulas doradas y mosaicos resplandecientes, Susurros de gloria en los oídos de la gente. Durante siglos reinó, invicta en su trono, El Imperio Bizantino, con su escudo de oro. Sus murallas altas, como gigantes de piedra, Desafiaban al tiempo, con su fuerza sin tregua. Pero en el horizonte, una sombra se alzaba, El fin se acercaba, su destino llamaba. La caída de occidente. Desde el lejano oriente, los otomanos vinieron, Con espadas y cañones, la caída pretendieron. La ciudad se preparaba, con valentía y temor, Cada calle y plaza, un reflejo del dolor. El emperador Constantino, con mirada serena, Defendía su tierra, con una fe plena. Las torres resonaban con el clamor de la lucha, Los soldados resistían, aunque el alma se encucha. Las puertas se cerraban, en un último intento, De detener la marea, de un destino violento. El Bosque de Teodosio, firme y majestuoso, Testigo silencios

José Quispe_El lloro del verdugo.

 En una montaña llora un poeta, un monje que escondió la verdad Benedictina. Caramba, por qué llora, si en riachuelo hubo verdad de ahorcado. Y un verdugo que sonrió, triste. Diciendo verdad.

J. Daniel Nicoli_Elara.

"En una cabaña de madera enclavada en lo alto de las montañas, donde las nubes parecían danzar con la brisa y el cielo se fundía en un lienzo de colores al atardecer, vivía una mujer llamada Elara. A sus ochenta años, su rostro estaba surcado por arrugas que contaban historias de aventuras vividas en tierras lejanas, mares tempestuosos y cielos sin fin.  Elara había sido una viajera incansable, una exploradora de mundos desconocidos y una buscadora de secretos antiguos. Había navegado los mares con piratas, atravesado desiertos con nómadas y escalado montañas con monjes. Había encontrado tesoros escondidos y desentrañado misterios que pocos se atrevían a buscar. Pero ahora, tras décadas de aventuras, había decidido que era el momento de descansar. Su cabaña era un refugio de paz, rodeada de pinos y flores silvestres, con un riachuelo que cantaba suavemente a través de las rocas. Cada rincón de su hogar estaba lleno de recuerdos: mapas desgastados, armas oxidadas, libros antiguos y

J. Daniel Nicolini_Passento.

Passento. En el eterno fluir del tiempo,   donde el ayer se funde con el ahora,   la vida danza al compás del viento,   y el reloj marca cada aurora. Las hojas caen, el sol declina,   los recuerdos se tornan susurros,   en el lienzo del alma, la rutina   teje historias, sueños y augurios. Caminamos sobre sendas de arena,   mientras el reloj de arena se desgasta,   en cada instante, una vida se amena,   y el tiempo, impasible, todo arrastra. Oh, fugaz viajero de la eternidad,   tú que transformas todo cuanto ves,   en tus manos se teje la realidad,   y en tu mirar reposa el después. Que el paso del tiempo, como un río,   nos enseñe a vivir con intensidad,   que en cada latido, en cada desafío,   hallemos la esencia de nuestra verdad.

José Quispe_El mar.

Que estará pasado en el mar  Que se escucha gritos de los marineros.  Y lamentos de sus mujeres en los muelles  Que será del mar,que sera de la vida y de lo demás.

José Quispe_Mi nacimiento.

 - ¡Todos a babor!--dijo el capitán Thorne--. (La tormenta empujaba el lado lateral del barco, y una ola gigantesca se se acercaba). -¡Capitán nos vamos a hundir!--dijo Mallagallanes, un colorado con los dientes desdentados. (Se zambulleron y un marino gordo boto agua por su nariz "Ah...ah". "A Japón!" y, a Japón? por dentro que poco a poco  ya no se lo creía el capitán. -Está loco, nunca llegaremos--Dijo Jupiter, calado hasta los huesos. (La tormenta seguia dando contra el casco lateral del barco. -¡Jee , la tormenta por la derecha y las olas por elc entro, nos vamos a hundir Jeeje, dijo el gorro que casi se ahogaba por segunda vez. -¿A japón?, volvía a pensar Thonade ( se escuchó una llamada en la galera). -Señor los buscan en los camarotes. -No tengo tiempo, Gradado. -Señor, es sobre... Su esposa . (El capitán Thornade bajó inmediatamente a los camarotes). Una sirviente estaba sentada en un mesita de caoba a lado del camarote"...Lo siento señor..." -¿Qu

José Quispe_ "La portada"

ESCENA  (Están en la esquina de una casa colonial blanca) a la vuelta de  la casa de Pizarro. -Ya comparé , ¿ nos regalamos el Perú? -Claro pe compre ¿Qué dijo la Chica? Que lo va a hablar con la Boluarte. -Por las huevas está la Boluarte. -Si, pe, pero es la portada on. -La portada, qeu fea portada. -Si, on. - Y ano hable así que viene. (Aparéce la presidenta) -Caballeros he decidido presentarme a la cena que van a hacer en la nche. -¿Y va a usar su unique? Sonríe(Susurra) -Calla contumare(Susurra) -Caballeros, dijeron algo?  -No nada, señorita. Perdón presidenta.

José Quispe_"Compare"

 "Compare" -Comparé, ¿ van a sacar al chino? -Si, lo va a sacar. - ¿Y que ha dad la chica? -La prima pe.. -Serás huevon..( lo empuja levementa. (Serio -El dinero imbécil               -4 mil mangos. -Mierd... Tan poco por el chi homicido cnchasumare... Se llevó a mi viejita, que en paz descanse. -¿Aquién chuccha le importa tú viejieta?

José Quispe_El intercambio.

  El intercambió. -Camparé, ¿ este.? -No este cholo tiene la nariz respingada. Ohe qeu tiene concatumare.- Tranquilo--estamos aquí para ayudar dice Duran. Tiene los ojos afilados y una sonrisa maistosa. -Esta bien (Clla) (Entran Dos señores con unifrome d e la FAF, la chica dice que lo quiere ya. -Este bien este nóman será- Dice Lopéz a Duran. ((Se van) Segunda escena (Aparece Pedro Castillo calata amarrado de manos) -¿Que tienen ustede?¿No saben que soy el presidente de la república. Tranquilo Pedrito ( Lea caricia la mejilla) " Sólo queremos tu gobierno.

José Quiape_Festival de ceviche.

La gruta Eres la luz, perpleja que me ha llorad  ers como la luz que viene y se va. Y me deja agrietado. Me deja llorando. Me gustas, como personas. Me gustas como amigo. El atardecer  El atardecer es como la boca que se pone y...se siente bien. La rama sin hojas, por qué ya y demasiado calor cielo es naranja, y suavemente aletea la brisa en mi vientre desnudo. Es como una desnucada sin sentido  Relieve rocosa, marrón que envuelve una melodía al choque "blins" de las olas Y me hace recordar es de tarde  Que debí levantarme. Medio día. Es de mediodía y huele a rosas Marchitan las palabras de la canción en mi dedo Debo decir que se acordó una cosa Y huele a rosas  Escondo un libro. Es risueña la vida, las paredes coloniales y la calor. Me gusta el aroma que sale de mi pecho , y me dice que estoy muerto.

José Quispe_"A mi hermano Giovanni"

 Hermano, querido hermano. Hs visto cuántas veces ha pasado el ocaso y no nos hemos extrechado la mno. Te extraño, eres como el firmamento que esconde las miradas del anhelo. Eres aquel hogar que me muestra cosas nuevas, verte otra vés. Interminabes veces. Hace seputar este ocaso a la penumbres para despertar en una noche eterna con luz etera. Sempiterma. No sé

José Qusipe_ La huida de Nala Aicrag.

                                   La huida de Nala Aicrag                                     –¿Este señor?. “No, está muy gordo compare. El teniente disimuló una risita y dice - Con todo respeto señor creo que usted es lo suficientemente gordo cómo este cadáver. Aicrag sonríe–Tiene bolas este chico, Apóstol. Montez, añadelo a mi lista de escolta.--Claro señor. Están en la bahía de los sonichoc en la isla de Abuc.. El dictador Maycol Diaz Camel, tuvo un tratado con el señor Aicrag para la construcción de un puente en el 2006 con dinero malversado abucano. La procedencia, tráfico de drogas. Ahora, es legal ese dinero y, Maycol Día Camel Canel tiene que cumplir su promesa.  –Ramirez, dígale a su presidente que usted es un hijo de suputamadre. Esos peruanos ni lo verán venir, este cada caver se parecer más a Nala Aicrag yo. Los dos chicos morenos , uno alto, otro bajo,  que acompañaban a Ramirez y Montez sonrieron -Ya, basta de sonrisas nos vamos–, salen

José Quispe_Pastizal, tropa y miel.

La princesa melancolía Bella, concuerda con boca. Y paladar acerrimo en pastizal con caballos y tropa. Huele a abejas en el prado. Huele a miel y humedad. Con ella sonriendo plano El viento mueve su pelo. Moviendo viento a sotavento.

J. Daniel Nicolini_El señor del feudo.

 En lo profundo de un vasto reino, donde los campos se extendían hasta donde alcanzaba la vista y los pueblos se erguían como pequeñas joyas en el paisaje verde, yacía la fortaleza del Señor Feudo. Alto, imponente y cubierto de musgo, su castillo se alzaba como una centinela sobre el vasto dominio que vigilaba con celo. El Señor Feudo era conocido en todo el reino como el guardián indomable, un hombre de mirada severa y gesto imperturbable. Desde las almenas de su fortaleza, observaba el horizonte con ojos agudos, asegurándose de que ningún intruso osara amenazar la paz de su tierra. Los campesinos que vivían en los alrededores reverenciaban al Señor Feudo como a un protector benevolente. Sabían que, mientras él velara por su seguridad, ninguna sombra oscura se atrevería a acechar en los confines de su hogar. Con una red de espías y guardias cuidadosamente colocados, el Señor Feudo mantenía una vigilancia constante sobre los caminos que conducían al reino. Nadie pasaba desapercibido an